¿Te identificas con alguna de estas afirmaciones?
- Te sientes insatisfecha, con sensación de vacío, y no entiendes de dónde viene eso.
- Estás para todo el mundo, pero te cuesta escuchar tus necesidades y priorizarte, y cuando alguna vez lo haces te sientes culpable por ello.
- No sabes cómo poner límites, y acabas “pasando por el aro” con tal de complacer a los demás y sentirte reconocida.
- Hay situaciones en tu día a día que te desbordan y no sabes cómo gestionar. Con frecuencia acabas explotando y relacionándote como no deseas.
- Te sientes insegura y cada vez que tienes que expresar tu opinión o tomar decisiones, se te hace un mundo.
- Te sientes insuficiente, que no llegas a todo, y te acabas exigiendo mucho y pasando por encima de ti.