Mujer, amiga, amante, compañera y madre. Soy calma por fuera y huracán por dentro. En pleno viaje de autoconocimiento y expansión, viviendo mi propio camino y compartiéndolo contigo.
En mi caso, la maternidad fue el detonante para darme cuenta de que vivía la vida muy desconectada de mis propios ritmos y necesidades. La maternidad me conectó con mis instintos más profundos, y me puso por delante que otra forma, más consciente y amorosa, de relacionarse es posible, tanto conmigo misma, como con las personas que forman parte de mi vida.
Lo que empezó siendo un camino en el que el foco estaba puesto en las necesidades de mis peques, acabó por convertirse en el propio viaje hacia mi misma.
Me di cuenta de que si quería empezar a relacionarme de otra manera, tenía que empezar por mí, por entenderme, por escucharme y atenderme.
La maternidad me había cambiado a todos los niveles, me había hecho ver mis luces y también mis sombras, y empecé a cuestionarme la forma en que tenia de vivir la vida.
Fue entonces cuando comencé el camino de vuelta a mí. Un camino en el que he desmontado creencias que tenía bien arraigadas para poder ponerme yo en el centro. He desaprendido para volver a aprender, me he reinventado varias veces a muchos niveles y he ido, de a poquito, poniendo mis limites y alzando mi propia voz.
Un camino que nunca acaba, que, como me gusta decir, es un compromiso de por vida conmigo misma.