Hola Diciembre!
Comienza el mes de la Navidad, donde todo son luces, dulces, compras, regalos, espectáculos, salidas, almuerzos y cenas, y un sin fin de actividades relacionadas con todo ello.
A mí me gusta mucho esta época, pero no me gusta nada que todo gire en torno a un consumismo desmesurado.
Lo que más me gusta de esta época es la magia, la ilusión de los pequeñines y de los mayores cuando entramos en su mundo, cuando nos ponemos sus zapatos y somos capaces de percibir que lo bello está en las pequeñas cosas, en lo cotidiano y en el tiempo juntos.
Por eso me encantaría que lo que intento transmitir a mis hijos les llegara de esa manera, poniendo la atención en los pequeños detalles.
Este fin de semana hemos sacado los adornos de navidad, y hemos preparado el calendario de adviento. Nuestro calendario está enfocado a pasar tiempo en familia, a darles presencia y exclusividad a ellos, haciendo pequeñas cosas que para ellos son grandes momentos.
Les he preguntado y hemos hecho una lista de actividades que les gustaría incluir en el calendario, y sus sugerencias han sido: leer cuentos, ver una peli juntos, montar en el columpio que tenemos en casa, hacer un bizcocho, pintar un dibujo y regalarlo, pintacaras, jugar a juegos de mesa…
Los estaba escuchando y me emocionaba, impregnándome de su frescura y naturalidad expresando lo evidente. Lo que les importa es eso. Que les dediquemos TIEMPO.
Tiempo para ellos, es lo que quieren, que estemos ahí, mirándolos, escuchándolos, entendiéndolos.
Tiempo es el mejor regalo que podemos hacerles, dedicándoles estos pequeños grandes momentos.
Aparentemente parece fácil, ¿No?
Pero no lo es.
No lo es porque vamos en automático, porque siempre hay un millón de cosas que hacer, y porque no somos capaces de parar y dedicarnos exclusivamente a ESTAR. Esto a veces parece perder el tiempo, y no nos damos cuenta de que el tiempo es lo que se nos va, mientras ellos crecen.
Te invito a conectar y REGALAR-TE, REGALAR-LES, ese tiempo.